APUNTE BREVE PARA LETRA DE RANCHERA.

APUNTE BREVE PARA LETRA DE RANCHERA.

No siempre el desamor tiene que conducir necesariamente a la tristeza ni a cosas peores. Muchas veces, cuando se pierde algo bueno, uno no sabe lo que gana. Convertido en canción, la cosa podría ser más o menos así:

Dijeron que me habías olvidado 

y fue tan grande el salto de alegría 

que tengo el corazón escayolado, 

el músculo plantar despachurrado, 

y el alma como un trago de tequila.
(Seguiremos informando, o no).

*No hay ranchera sin tequila, ni tequila sin botella, ni culo sin mal asiento, ni tetas sin paraíso, ni sabor sin fundamento.

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DESDIBUJADOS

DESDIBUJADOS

Hay veces que parece que, en la vida,
no hay forma de saber cómo acertar.
Cuando eliges melón, llueven sandías.
Cuando quieres salir, te hacen entrar.

Si piensas que hay que ser de una manera,
no hay manera de ser que te funcione.
Si te pasas de tonto, te veneran.
Si no llegas a listo, das lecciones.

Cuando ves la botella medio llena
alguien le da un buen trago, por si acaso.
Si está medio vacía, te da pena
y eres tú quien le pega otro repaso.

Lo malo de ser siempre como eres
es que, un buen día, saltas y se extrañan.
Por eso es tan difícil que prospere
esta forma de ser llamada España.

La sinrazón no tiene quien le escriba,
pero sí cuenta cuentos a destajo.
Los hay que fracasando están arriba
y muchos que, triunfando, están abajo.

Así que, resumiendo, sea usted mismo
y, si no le funciona, no lo sea.
Aquí coleccionamos espejismos
que miramos con gafas de madera.

CUANDO LO QUE HAY ES DE LO QUE NO HAY

CUANDO LO QUE HAY ES DE LO QUE NO HAY

Un firme sin firmamento.
Luces, ni largas ni cortas.
Pan sin acompañamiento.
Más de medio mundo a tortas.

Color en tintes por ciento.
Una crisis larga y dura.
Corazones de cemento.
Sal, del mar de la amargura.

Un bobo por cada intento.
Perfiles sin compasión.
Olor a remordimiento
más falso que una intuición.

Un remolino sin viento.
Un escozor mal rascado.
Un dolor seco y hambriento
y, a la sazón, mal tratado.

Un altavoz sin aliento.
Un eco con fe de erratas.
Las calabazas sin cuento.
Los ciempiés a cuatro patas.

La verdad hecha jirones.
La Tierra en un sin vivir.
Miradas en los balcones
sin ganas de coincidir.

Bancos sólo de alimentos.
Cajas sin mucho interés.
Demasiados mandamientos.
Contusión a fin de mes.

Los de siempre, descontentos.
Los del nunca, más turbados.
Los billetes de quinientos
poniéndoles colorados.

Un belén sin nacimiento.
Un frío de nueve a tos
y, entre poderes, presiento,
que un cristo «deladedios».

QUITA PENAS

QUITA PENAS

Busquemos un quita penas
que no nos cueste dinero.
Aliviemos la faena
con cosas buenas. Pensemos,
por ejemplo, en lo barato
que sale lo que no quieres
si cuesta un huevo de pato.
Esos pequeños placeres
vividos en primer plano,
de la vida  y sus haberes,
bajo un sol que mete mano.
Pensemos en las castañas
que no nos vamos a dar.
En  esa ansiedad extraña  
de los besos por probar.
En el charco desbordado
que se congela y confita.
En el lustroso encerado
de un cielo azul que te incita.
Pensemos que lo que baja
en cualquier momento sube:
un ascensor, una caja
llena de zumo de nubes.
Las tinieblas, La marea, 
el polvo por conocer,
la sangre, las azoteas,
la falda del sin querer.
A veces hay que pararse.
beberse la vida a tragos.
Salir de uno, escaparse
ejercer de reyes vagos.
Mirar menos al pasado,
al presente y al futuro,
y más hacia el otro lado
donde no levanten muros.
Pensar no pensar en nada.
Estar a verlas crecer.
No palmar, como en las damas,
soplado por no comer.

INFIERNO

INFIERNO

Iremos al infierno de cabeza
pero durmiendo en camas separadas.
Unos por no estar bien de su torpeza,
otros por no medir las payasadas.

Algunas fuentes cuentan que el demonio
está pensando en su jubilación
y anda buscando pisos a traición
antes de que le estalle el manicomio.

Iremos al averno sin dudarlo
porque hasta Dios va a hacer huelga de cielo.
El Papa que empezaba a barruntarlo
ha cambiado su silla por el suelo.

Nos quemaremos vivos en las llamas
que purifican ruecas y pecados.
Unos por contar vueltas de campana,
otros por tontos, listos o pesados.

Iremos a un infierno sin diablo
por motivos distantes y distintos
para pedir, de paso, a los Corintios
que contesten las cartas a San Pablo.

Entre capullos, santos y cristianos,
hijos de buenas y de malas madres,
creyentes, resentidos y paganos,
el infierno va a ser «la juega padre»

Otro cantar es que el infierno sea
esta forma de vida terrenal.
Un paraíso para el que no crea
que no hay bien que no venga de algún mal.

SAN SEACABÓ

SAN SEACABÓ

Hoy se cae del almanaque
el mes que acaba primero.
El año da jaque mate
al de la cuesta de enero.

Un mes que se nos ha ido,
como caido del suelo,
(donde yacía podrido
y cogido por los cielos).

Coge el testigo febrero
que viene cual imputado.
Un tan cortito febrero
que parece un diputado.

Febrero con su catorce,
más cursi que un pequinés.
Su veintiocho con forceps
y claro, su veintitrés.

El 23 de febrero
no cabe en la Wikipedia
entre: golpes, Ruiz Mateos,
tribunales y tragedias.

Más que acabarse la cuesta,
lo que empieza es otro puerto.
No está el horno para fiesta
ni aunque clausuren el huerto.

Febrero de carnavales,
disfraces y chirigotas,
de amores paranormales
entre caballos y sotas.

Febrero de replicantes:
Errejón, Sanchez o Trump,
que devolverán el guante
si pasan el test Voight-Kampff.

Hoy se cae del almanaque
un invernal mes de enero,
con tal potencia de saque,
que ha roto el servicio entero.

AJUSTE DE CUENTOS

AJUSTE DE CUENTOS

No puede salir gratis la vileza.
La estulticia con sed de mala baba.
Mirar hacia otro lado sin cabeza.
Que mal empiece lo que mal acaba.

No puede salir gratis el complejo
que invita a reducir las libertades
(cuidadito con las monstruosidades
que tienen cejijunto el entrecejo).

La falta de respeto se desplaza
más rápido que el precio de la luz.
De malos polvos, lodos a la taza.
Impuestos es igual a esclavitud.

La prima quiere ser «el gran Germano».
El Gran hermano controlar tu orina.
El gobernante parecer mengano.
El pavo desplumar a la gallina.

Aquí no sabe nadie a que atenerse
de tanto que ha pasado por el paro
y ve cómo no dejan de moverse
los que no pasan nunca por el aro.

Habrá que conseguir un buen acuerdo
que nos devuelva intactas las pelotas.
No puede salir gratis ser un cerdo
y que encima nos dejen sin bellotas.

En este mundo nuestro sobran muros,
y murallas y vallas y fronteras,
y faltan por hacer cuartos oscuros
donde apilar cretinos  y banderas.

A PASEO

A PASEO

Salir a pasear sin sentir frío.
ni miedo, ni dolor, ni nada malo.
Sacar a pasear tu desvarío
con la sana intención de no dar palo.

Simplemente: mirar, cruzar el río
que separa el futuro del pasado,
dejar el callejero a su albedrío
aunque elija el camino equivocado.

Y que no importe el nombre de la calle,
o si son empinadas las aceras,
o si el viento te coge por el talle,
o si suben o encajan las mareas.

Caminar sin saber de dónde vienes,
sin que importe una mierda dónde vas,
si se cruzan tus males con sus bienes,
lo que piensen o digan los demás.

Echarle un pulso al loco segundero
que te sigue a sesenta por minuto.
Pasear tu universo diminuto
volando sin volar a ras de suelo.

Pasear por la vida sin complejos
pero sin vocación de escaparate,
persiguiendo sonidos y reflejos
hasta volverte cuerdo de remate.

Salir a pasear con viento en popa
y mandar a paseo la tristeza.
Poner a la frialdad mirando a Europa
y volver abrazado a la belleza.

POCO HECHA

POCO HECHA

Es tiempo de carnaval
y nada es lo que parece.
Bajo la piel de un disfraz
cualquiera puede soñar
que el mundo desaparece.

Carnaval de chirigotas
reinas. máscaras, Drac Queens.
De bailar y dar la nota,
De beber con cuenta gotas
(por si la guardia civil).

A pesar de que hace frío
la calle es un hervidero.
Es tiempo de desvarío,
de llenar algún vacío
y parar el aguacero.

Es hora de hacerse el muerto,
de tener como objetivos:
un humor en cada puerto
y que nos lleven al huerto,
al huerto de los olvidos.

Es carnaval y la vida
se ve mejor desde fuera.
Duelen igual las heridas
pero, a base de paridas,
es como mejor se lleva.

Febrero es un vendaval
donde el aire se conjura.
Donde asusta lo real
por culpa de tanto mal
y de tanto caradura.

Época de carajal,
de sacarse las espinas
del seco y triste rosal,
clavadas en el real
culo de nuestra rutina.

Tiempo de lucir caretas
y planchar la carne cruda.
De guardar las metralletas,
de quitar las espoletas
retardadas de la duda.

OTRO MINUTO DE GLORIA

OTRO MINUTO DE GLORIA

Un minuto de gloria dedicado
por nada en especial, quizá por todo:
Al mástil del pendón desorejado.
Al tuitero que calla por los codos.

Al año de papel del almanaque.
A las gotas que viven de los charcos.
Al que no se defiende al contraataque.
Al que pide en la fila de los bancos.

A la media verdad que no es mentira.
A lo que nunca cuentan de la historia.
Al marco, a la peseta y a la lira
que aún guardan su valor en la memoria.

A la gota de sangre que se seca.
A la tela de araña abandonada.
A los ratones de las ludotecas.
Al vacío que llena una mirada.

Le dedico también este minuto:
Al estuche con lápices gastados.
Al negro por estar siempre de luto.
Al blanco cuando está recién planchado.

Al libro que se aburre en la mesilla.
Al ojal del botón que no se abrocha.
Al sueño que no acaba en pesadilla.
Al que mezcla colores con la brocha.

A la luz que se apaga en la nevera.
Al garbanzo del pito del sereno.
A la huella que borra la marea.
Al que cose los trajes de neopreno.

Le dedico el minuto al espejismo
que convierte en cristal la carretera.
A ese instante fugaz contigo mismo
en el que eres feliz a tu manera.

A la parte más baja de los muros.
Al adiós que no espera un hasta luego,
Al lado sin usar del lado oscuro
y al que sin decir digo dice Diego.

También al interior de las afueras.
A la parte caliente de los paños.
Al cristal de las gafas de madera.
A las selfies tomadas en los baños.

Un minuto de gloria dedicado
por nada en especial, quizá por todo:
A la sonrisa abierta del candado.
A las partes cogidas por el todo.