Llevo varias horas reflexionando y
he llagado a varias conclusiones:
Que las elecciones son como las
pizzas, el secreto está en la masa.
Que votar «con uve» es como
botar «con be» según se mire.
Que la papeleta la tienen siempre
los que ganan.
Que la abstención es la siesta de la
democracia.
Que todo es posible en domingo.
Que un colegio electoral es a un
colegio lo que un abre fácil es a X.
Que la urna son las «dorce» en
Canarias.
Que mal de muchos, epidemia.
Que hay quien vota en blanco
porque está negro.
Que mira que es fea la palabra
comicio.
Que en España, quien más quien
menos es o ha sido presidente de
algo alguna vez (o eso cree).
Que debería haber quince jornadas
de reflexión y una de campaña (y a
lo mejor son muchas jornadas de
campaña).
Que de los debates solo salen
contentos los que debaten.
Que un mitin es una tienda de
«campaña» con amigos.
Que los que pierden también ganan.
Que las encuestas mienten más que
los encuestados.
Que votar debería ser obligatorio.
Que una promesa es una promesa y
además es imposible.
Que los pactos hacen «cuac».
Y que ya no doy más de mí.
Y hasta aquí puedo reflexionar.