LA MIRADA DEL MEDIOCRE

LA MIRADA DEL MEDIOCRE

No es como vas es como te miran. No importa que la ropa que gastas no esté del todo desgastada, ni que el joven vista de viejo y el viejo de vida. Que el amor no tenga derecho a colarse por nuestra ventana en cualquier momento mezclando ganas con camas y canas y viceversa. Que las arrugas del alma estén planchadas con la raya en medio.

No es como te ves es como te hacen la autopsia con los ojos cerrados los que ni el espejo del baño se atreve a mirar a la cara.

La mirada del mediocre, del simple con mesa camilla, no alcanza a entender nada. No es que no quiera es que no puede. Es incapaz de entender y aceptar la diversidad, lo diferente, el mestizaje, el intercambio de madejas. Ni siquiera es capaz de guardar silencio aunque solo sea por prudencia y en defensa propia.

Prueba a ponerte un sombrero o unos zapatos chillones y se pasarán el día recordándote lo que llevas puesto (como si fueran puestos de pacharán). Como si lo importante no fuera como te sientes.

Invéntate una vida para intentar ser feliz que siempre habrá quien le ponga pegas mientras se consuela haciendo alarde desde el ridículo interior que siente por la suya.

No estaría de más que dejáramos que cada uno fuera lo que quiere hacer. Que aceptáramos que cada uno hiciera lo que quiera ser.

La mirada del mediocre necesita tener siempre algo que criticar, que contar, que destruir. Se aburre y solo le divierte creerse superior vomitando sandeces, lugares comunes y caspa, desde la atalaya de su insignificancia.

Esa mirada entrometida y deshabitada solo merece una buena dosis de indiferencia. Le quedan grandes las gafas de cerca y diminutas las de lejos. Sus preciadas gafas con cristales de madera de ataúd reciclado.

Anuncio publicitario

SENSACIÓN

SENSACIÓN

De estar perdido. De no estar. De no ser yo.

Sensación de intentar ser bueno hasta parecer tonto.

De no entender nada. De no ser nadie. De no ser de nadie.

De vivir en un desierto helado, medio derretido, con un pequeño oasis abandonado.

De pasear por calles sin terminar repletas de gente que me encuentro como una nota al margen.

Sensación de locura transitoria sin cura, ni iglesia ni repique de campanas.

De estar aturdido, exhausto, abrumado y falsamente aburrido.

De estar deshabitado, desubicado, desenterrado a golpes, desencajado.

Sensación de soledad acompañada. De no estar seguro del suelo que piso, del paso del tiempo, de mi propio poso.

De morir en vida. De matar las horas. De ser el esclavo de mi propio miedo.

Sensación de sentir lo que no está en los escritos y no poder leerlo.

De ser un extraño. De extrañarme. De extrañarte.

Esa sensación de quererlo todo. Como si quererlo todo fuera pedir demasiado.

Lo bueno de las malas sensaciones es que se pasan con un abrazo que dure para siempre o tirando de la cadena.

O COMO SE DIGA

O COMO SE DIGA

Hay personas que piensan que la vida es un luego.

Hay personas con alma de muñeca hinchable a las que, en lugar de uñas, les crecen alfileres.

Hay personas convencidas de que libre es el estado de un Taxi.

Hay personas que no saben, pero contestan.

Hay personas que esperan que sus problemas los resuelvan aquellos a los que no soportan.

Hay personas que, más que pena, dan risa.

Hay personas que se esconden detrás de las apariencias, y engañan.

Hay personas que no saben lo que dicen y otras que no dicen lo que saben.

Hay personas que presumen del mal como si fuera un bien.

Hay personas a las que se le llena la boca de paz, pero no dudarían en hacer la guerra.

Hay personas que están en contra de la violencia, pero instaurarían, sin rubor, la pena de muerte.

Hay personas que lloran sonrisas saladas.

Hay personas que otorgan, pero no callan.

Hay personas que se ven perfectas en los espejos rotos.

Hay personas que solo escriben para no tener que leer.

Hay personas que envenenan el aire cada vez que respiran.

Hay personas que no saben que son lo que dicen que no quieren ser.

Hay personas que atrasan.

Hay personas que están en el mundo para cambiarlo a peor o para destruirlo.

Hay personas con vocación de animales.

Hay personas que no tienen ración de ser ni razón de estar.

¡Ay! Personas.