REINVENTARSE

REINVENTARSE

A veces cuesta ver la luz del día

por más que el sol alumbre de puntillas.

Tal vez porque vivamos de rodillas

o porque se nos nubla la alegría

viendo el Retablo de las Pesadillas.

 

No es fácil encontrar las ilusiones

en medio de ésta niebla impenetrable

fabricada con agua no potable

que no nos deja ver otras opciones

que, ni levanta, ni es impermeable.

 

Cuando las cosas son lo que parecen

cuesta más defenderse con lo puesto.

Nos faltan mimbres para hacer un cesto,

sobra desgana para lo que cuece,

faltan semillas para tanto tiesto.

 

Cargados de razones para darnos

una tregua sin nada que soñar,

el tiempo se ha parado a consultar

si puede de algún modo consolarnos

o si será mejor verlo pasar.

 

Y con todo y con esto no podemos

echarnos a dormir del otro lado.

No debemos anclarnos al pasado,

ni al presente que no reconocemos,

ni escoger el futuro equivocado.

 

Mientras todo se aclara reinventemos:

 

Un viento nuevo para cada vela,

un «hola» para cada despedida,

un dobladillo para cada tela,

una tirita para cada herida.

una anestesia para cada muela.

 

Un oleaje para cada roca,

una tormenta para cada fuego,

un alimento para cada boca,

una respuesta para cada ruego,

una colleja para quien se enroca.

 

Una sonrisa para cada duelo,

una palabra para cada gesto,

una caricia para cada anhelo,

una esperanza para cada resto

que vamos encontrando por el suelo.

 

Descubramos el alma de las cosas.

Restauremos el punto de partida.

Separemos el verso de la prosa.

Señalemos la puerta de salida

a los que nos pusieron las esposas.

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FIESTA DEL INTERIOR

FIESTA DEL INTERIOR

Los días de fiesta amanecen sin darse importancia.

El despertador duerme hasta tarde.

La radio da noticias que parecen no interesar a nadie.

La luz entra por la ventana sin ánimo de molestar.

La cafetera se toma su tiempo para hacer el café que a diario no puede.

En la calle no hay ruido de motores, de pasos ni de prisas.

Las paredes absorben canciones para todos los gustos.

El periódico es una sábana estampada que te arropa. Huele a zumo de nubes y a flores que bostezan.

La cama es una barca varada en la arena de una playa cualquiera, tierra adentro.

El tiempo se detiene o pasa más despacio o ni siquiera existe más que en las manecillas del reloj de pulsera que se despereza en la mesilla,

El teléfono es una caja de música cerrada a cal y canto.

El trabajo un recuerdo de una vida pasada.

La realidad un parpado entreabierto que no quiere mirar.

Los días de fiesta amanecen al borde de la cama sin previo aviso, como cuando un amante llama a la puerta de forma inesperada. Se abrazan a la vida, se desnudan del todo y se quedan sin prisa a pasar la mañana anudando colores y sonidos, sabores y caricias, olores y sonrisas.

Los días de fiesta no nos hacen la cama.

VOLVER A EMPEZAR

VOLVER A EMPEZAR

Hemos cerrado la sombrilla, doblado la toalla, echado a lavar el bañañador, doblado el corazón en la maleta.

Hemos terminado el último libro humedecido por la brisa, apurado el último gintonic salado a la luz de las velas recogidas de lo barcos atracados en el puerto.

Hemos virado rumbo a lo conocido. Atracado en la rutina, puesto manos a las sobras, reciclado un tiempo que pasó, en el contenedor de la memoria.

Hemos recogido la ropa de fiesta y las sandalias, el camino de ida, el cansancio de vuelta, los amores ficticios, el polvo de estrellas, los adioses.

Ya solo nos falta recordar que la vida es ahora.

VERSOS DEL COLEGIO

VERSOS DEL COLEGIO

Me vais a permitir un poquito de promoción y autobombo, que los libros ni se escriben ni se venden solos (y «un granito no hace granero pero ayuda al compañero»).

Carlos Reviejo y un servidor con ilustraciones de Natascha Rosenberg hemos escrito e ilustrado con mucho cariño este libro para la Editorial SM, dentro de la colección Versos de… (La Tierra, Deportes, El Mar, Niños del Mundo, Versos del Tiempo etc).

Versos del Colegio es un álbum ilustrado con treinta poemas, en el que repasamos, rimando, las «cosas» y las personas que podemos encontrar en un colegio. Desde maneras de comportarse, pasando por los profesores, el recreo, la clase o la goma de borrar hasta el ordenador y su uso responsable.

Hemos querido rendir un homenaje a ese espacio por el que todos hemos pasado y que durante muchos años ha sido nuestra segunda casa. Y por supuesto a los Maestros, Carlos lo fue en su día, y a los pequeños, yo también lo fui en su día, que cada jornada, mochila al hombro o a rastras pasan un montón de horas aprendiendo y jugando.

Espero que os guste como lectura y que os sirva para poner un poco de orden entre lecciones y tareas.

Y a leer, que son dos vidas.