Iremos al infierno de cabeza
pero durmiendo en camas separadas.
Unos por no estar bien de su torpeza,
otros por no medir las payasadas.
Algunas fuentes cuentan que el demonio
está pensando en su jubilación
y anda buscando pisos a traición
antes de que le estalle el manicomio.
Iremos al averno sin dudarlo
porque hasta Dios va a hacer huelga de cielo.
El Papa que empezaba a barruntarlo
ha cambiado su silla por el suelo.
Nos quemaremos vivos en las llamas
que purifican ruecas y pecados.
Unos por contar vueltas de campana,
otros por tontos, listos o pesados.
Iremos a un infierno sin diablo
por motivos distantes y distintos
para pedir, de paso, a los Corintios
que contesten las cartas a San Pablo.
Entre capullos, santos y cristianos,
hijos de buenas y de malas madres,
creyentes, resentidos y paganos,
el infierno va a ser «la juega padre»
Otro cantar es que el infierno sea
esta forma de vida terrenal.
Un paraíso para el que no crea
que no hay bien que no venga de algún mal.
Me encantan tus letras, con tu permiso te sigo
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Encantado, gracias.
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