Este año he querido felicitaros el año, de cuerpo presente y de viva voz: ¡Viva!
Con mis mejores deseos.
Besos y versos.
Grabado en Nipper Estudios Madrid (Calle Dr. Esquerdo N° 112).
Mi agradecimiento a Santiago Pavón.
Este año he querido felicitaros el año, de cuerpo presente y de viva voz: ¡Viva!
Con mis mejores deseos.
Besos y versos.
Grabado en Nipper Estudios Madrid (Calle Dr. Esquerdo N° 112).
Mi agradecimiento a Santiago Pavón.
Luces que encienden los sueños.
Frío que alumbra las caras.
Besos de labios risueños,
fugaz colección de ceños
y una sensación muy rara.
Almas con amor en vena.
Penas que tocan el cielo.
Corazones que se llenan
con los restos de una cena
entre cuñados y duelos.
Niños con risa de almohada.
Padres con manos de abuelo.
Día de jugar con hadas.
Tarde de guardar las balas.
Sabores para el anhelo.
Copos de nieve en las copas.
Copas llenas de poesía.
Alegrías como pocas
y tristezas como rocas
haciéndose compañía.
Decorado para un cuento.
La vida en un convivir.
Flor de piel de un sentimiento
que cuenta en renos por ciento
las ganas de resistir.
Fantasía que nos mueve
a exagerar las bondades.
Estrellas que cuando llueven
sobre desiertos de nieve
desperezan las ciudades.
Pensamientos solidarios.
Día para recordar.
Concierto sin escenario.
Secretos en los armarios.
Veinticinco. Navidad.
Ahora toca soñar sobre soñado
y despertar en plena Nochebuena
pensando: “que nos quiten lo pasado”
y, una vez más, borrón y cuenta nueva.
Ahora toca soñar del otro lado
e inyectarse un placebo quita penas.
Un chupito de amor redecorado
que alivie por un rato los poemas.
Hay que darse un festín con las migajas
que escupen a la calle los manteles
y dejarse de tantas zarandajas.
Ahora toca dejarse de zumbeles
e intentar suturar ésta caraja
a base de zambomba y cascabeles.
FELICES FIESTAS (o lo que sean).
Hay toda clase de tontos,
de memos, de sopla gaitas,
idiotas a bote pronto,
bolonios con varias plantas.
Ciruelos de medio pelo,
mastuerzos con mala baba,
badajos, simples, tontuelos
con aires de verdolagas.
Guanajos con arrogancia,
estúpidos con balcón,
cacasenos con constancia
y besugos de ración.
Papanatas, mentecatos,
pusilánimes, toletes,
atortolados, pazguatos
badulaques con chupete.
Majaderos, bambarriones,
pusilánimes, estólidos,
barbetas, bobalicones,
mendrugos, lerdos insólitos.
Luego están los otros tontos:
el macamallo infinito,
el imbécil al Oporto
el bambarria con sofrito.
El bobo provocador,
pedante sin disimulo,
el estulto al por menor
y con la gracia en el culo.
El que presume por todos,
el tozudo, el metepatas,
el que habla por los codos,
el chulo sin fe de ratas.
P.D.
El Hater acomplejado.
El Troll sin media neurona.
El Influencer tronado.
El Bot que no reflexiona.
Hablar es darle eco a las ideas.
Es la revolución de los gemidos.
Suspiros que un buen día se desvelan
y rompen la barrera del sonido.
Hablar es un recurso extraordinario
siempre que no empeoremos el silencio
pateando la verdad y el diccionario
y, es que, a palabras sordas oídos necios.
Lo tedioso es hablar sin decir nada.
Ese hablar por ladrar bastante atroz
de los que mientras «rajan» cuecen babas
escuchando el sonido de su voz.
Es cansino el discurso inamovible
atrapado en un círculo vicioso,
en boca de un maniático jartible
o un salvador del mundo pretencioso.
Es harto insoportable el parlamento
de quien busca tener la razón pura.
Pesado, inasequible al desaliento
instalado entre el odio y la locura.
Dios nos libre de los incontinentes,
de los que no se quedan sin palabras
y, en especial, de los impertinentes
que mueven más los labios que las cabras.
De elementos así nadie nos salva,
Nos rodean. Están en cualquier parte.
Cualquiera tiene «bocas» a mansalva
soltando pestes por amor a helarte.