AIRES DE CAMBIO Y CORTO

AIRES DE CAMBIO Y CORTO

Hay cosas que nunca cambian.

(Reverso del 23/1/2015)

En el nombre del viento irrelevante,

que no mueve gigantes ni molinos,

hay que cambiar de aires cuanto antes

aunque al poder le importe tres cominos.

Huir hacia los mares de la luna,

a pesar de que son innavegables,

o a algún planeta donde exista alguna

forma de vida medio razonable.

Buscar un laberinto sin entrada

semiesquina a la calle de Ojalá

y no perderse en medio de la nada

y, más que nada, porque allí «no hay na».

Cambiar el paso cuando nada pase.

Quitarse un peso, no besar el piso.

Tener encuentros en alguna frase

con los que ni al hablar piden permiso.

Hay que echar a la calle los perfiles

junto a los avatares del cretino

y bailar a la luz de los candiles

el tango de los tangas clandestinos.

Dar un giro de ciento ochenta grados

a ésta suerte de vida desigual

y jugarse, a los chinos o a los dados,

qué Dios nos va a librar de todo mal.

Abrir armarios, sacudir alfombras.

arrancar las espinas de la cama.

Ventilar bien las luces y las sombras.

Quitarle a las mentiras tus escamas.

Aprender a vivir de otra manera.

A soñar sin perder la perspectiva.

A saber negociar una quimera

cuando por respirar cobren el IVA.

Hay que darle un respiro a la memoria

y mejorar lo malo conocido.

Desencajar las puertas giratorias

y tapiarlas con hielo derretido.

Hay que encontrar sin miedo la estrategia

de cómo hacer de tripas corazón.

Hacer un curso de galvanostegia

por si nos pintan calva la ocasión.

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FRASES HECHAS (de aquella manera)

FRASES HECHAS (de aquella manera)

Suele suceder que, “cuando menos te lo esperas”, las cosas “caen por su propio peso”. Es lo grave de tener la gravedad por ley.

También ocurre que cuando algo es “de lo que no hay” es muy difícil encontrar recambios, o que “sin ir más lejos” nunca llegues a ninguna parte, o que el “mal de muchos” acabe siendo epidemia.

No es bueno tomarse las cosas “al pie de la letra” entre otras razones porque las letras ya no tienen pie. Solo las hojas tiene vuelta de idem “Las penas con pan” son las mismas penas, pero con pan. Sin olvidar que “Lo bueno si breve” es una putada como una catedral mediana.

A pesar de todo, “mal que bien”, “vamos tirando” y, aunque de la impresión de que el mundo está del revés, lo cierto es que lo está.

Nos hemos acostumbrado a que “se nos suba la sangre a la cabeza” y eso no es malo, sobre todo porque de no ser así estaríamos todo el día durmiendo la siesta.

La excepción confirma el embarazo y, la regla, si no es de tres, no hay quien la entienda. «Mentiría si te digo la verdad».

Conclusión:

Que nada, que un abrazo fuerte para todos, que ya he pedido que me suban la medicación y aquí «pin» y encima “Gloria”.

Ya pasó.

Ea.

SIN NAVIDAD EN EL FRENTE

SIN NAVIDAD EN EL FRENTE

Sin Navidad en el frente.

Se acabó lo que «sedaba».

Está enero incandescente

así que: Felices Ascuas.

Los Magos ya están de vuelta

siguiendo a Papá Noél.

Ya han desmontado la fiesta

en el portal de Belén.

Ya carbura el nuevo año.

Todo vuelve a la ruina.

Los que no aguantan, al baño,

los demás a la oficina.

Vuelve el niño a su mochila

y el conductor al atasco,

el temor a las pupilas,

vuelve a su precio el churrasco.

Como Pedro por tu casa

vuelve la cuesta de enero

y Paco con las Rebajas

y las lenguas con su pero.

El michelín a la faja,

el atracón al refajo,

los cajeros a hacer caja

y la hipoteca al carajo.

Vuelve al calor del Invierno

la nostalgia de las playas.

La luna llena a su eterno

sueño de noches canallas.

Vuelve la gente al gimnasio,

a las escuelas de idiomas,

a hacer cola en los despachos

rogando puntos y comas.

Vuelven las ganas (que duran

lo que tardan en quitarse)

de hacer alguna locura

o de desintoxicarse.

Quizá dejar de fumar.

Quizá dejar de beber.

Quizá dejar de llorar.

Quizá dejar de joder.

El año nuevo comienza

entre capullos de malvas.

Armémonos de paciencia

que lo han parido de nalgas.