Cada dos por tres, la vida,
sin razón nos multiplica
y donde encuentra una herida
hurga, gangrena y salpica.
Y donde encuentra una pena
te echa un órdago a la grande
y cuando el tiempo te quema
se pasa luego, más tarde.
Cada dos por tres el saldo
de la vida se desfasa
y si esperabas un caldo
te suele servir tres tazas.
Y cuando esperas consuelo
sube el tipo de interés
y dónde nunca hubo miedo,
vas y te mueres de él.
Menos mal que, por lo menos,
igual que suma lo malo
hace un tanto con lo bueno
y uno y uno suman cuatro.
Aprieta pero no ahoga.
Te pinta la ocasión calva.
y aunque suene medio en broma
de vez en cuando nos salva.
Son las vueltas de la vida
que al derecho o al revés
nos lleva de espina a espina
y, cada dos por tres, seis.