Estrenado el año nuevo,
sin Navidad en el frente,
ya es lunes 7 de enero.
¡Qué paso lleva el presente!
No se han enfriado aún
las cenizas de las sobras,
cuando, de repente, ¡Boom¡
otro «tente si es que cobras».
Ahora tocan las rebajas,
subir la cuesta de enero,
malvivir con las migajas,
y tirar «a puro huevo».
No hemos quitado las bolas
de los abetos y pinos
y ya estamos en la cola
de la entrada del destino.
Ha empezado «un no parar»
con tanto voraz trajín,
que dan ganas de escapar
«del uno al otro confín».
Casi todo está prescrito.
El calendario es tozudo
y aunque parezca infinito
cabe en el canto de un duro.
En nada será febrero
a ritmo de carnaval
con el culo en el brasero,
y el brasero por disfraz.
Después la semana Santa
y a la vuelta del verano
veremos a ver quien canta
según dónde le hayan dado.
Luego otro otoño caliente
con sus lluvias torrenciales,
un par de huelgas sin gente,
dos puentes, y Navidades.
Eso dicta la experiencia.
Nada dura casi nada.
La vida es obsolescencia
torpemente programada.
Todo esto sin contar
con que se extienda el hastío
y se monte un «carajal»
de padre y muy señor mío.
Así que, a vivir la vida,
que el tiempo es agua pasada
y nos muestra la salida
nada más cruzar la entrada.
Que el tiempo es eso que pasa
mientras vas haciendo planes
como suegra por tu casa.
Y en cien años… alemanes.
Precioso! 😃 😍♥️♥️♥️♥️♥️
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