Este calor de ida y vuelta
no es una gripe corriente.
Por más que cierras la puerta
queda bochorno pendiente.
Este pan que no alimenta
es más duro que un relente
y, cuando morderlo intentas,
es como un canto en los dientes.
Este ajustarse los gastos,
los machos y los ovarios,
nos va a hacer colgar los trastos
del clavo del calendario.
Este condenar a tientas,
por saldar cuentas corrientes,
deja las camas abiertas
y no ventila el presente.
Este pollo a la tormenta
que se cuece bajo el puente,
huele pero no alimenta
por más que muerda la gente.
Esta calavera incierta
que trae marchita la frente
viene con luces de alerta
verdes de menta y demente.
Este calor de ida y vuelta,
este otoño sin color,
puede que salga de cuentas
y haya un parto con dolor.