No se salvan de la quema
ni los pobres, ni los ricos,
ni los grandes, ni los chicos,
ni a las malas, ni a las buenas.
No se salvan del barullo
ni los cuerdos, ni los locos,
ni el bobo de Perogrullo,
ni el que nos da soplamocos.
No se salvan de follones
ni los que pagan el pato,
ni los que cobran millones,
ni los líderes, ni El Tato.
No se salvan de los gritos
ni los que imponen la pena,
ni los que cumplen condena,
ni los crudos, ni los fritos.
No se salvan de la hoguera
ni el que reparte las cartas,
ni el que pinta la pancarta,
ni el que menos se lo espera.
No se salvan de la ira
ni el macarra con peineta,
ni la manzana podrida,
ni la princesa reineta.
No se salvan del derribo
ni los feos, ni los guapos,
ni los muertos, ni los vivos,
ni las ranas, ni los sapos.
No se salvan de la rueca
ni el hilo, ni Blancanieves,
ni aquel que asó la manteca,
ni los lunes, ni los jueves.
No se salvan del tormento,
ni el que huye en polvorosa,
ni el que no quiere la cosa,
ni los que viven sin tiento.
Otra genial!!
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