Que no nos quiten lo que no tenemos.
Que no nos den la brasa, ni por saco.
Que no nos tomen por sus propios memos.
Que no nos vendan humo por tabaco.
Que no nos hagan parecer idiotas.
Que no nos piensen lo que ya sabemos.
Que no nos toquen mucho las pelotas.
Que no nos digan tanto qué queremos.
Que no nos miren sólo de reojo.
Que no nos hagan triste luz de gas.
Que no nos pinten azules o rojos.
Que no nos vengan siempre por detrás.
Que no nos pongan el dolor a prueba.
Que no nos callen con palabras huecas.
Que no nos lleven donde no se llega.
Que no nos den lunares si son pecas.
Que no nos tengan en sus oraciones.
Que no nos traten como quinceañeros.
Que no nos hablen de revoluciones.
Que no nos alimenten con sus sueros.
Que no nos vengan con anticiclones.
Que no nos mientan con impunidad.
Que no nos roben las contribuciones.
Que no nos rieguen la calamidad.
Que no nos quemen tierra prometida.
Que no nos compren cielo derretido.
Que no nos vendan trajes a medida.
Que no nos den lo malo conocido.