¿Qué flor crece en el pasto de las llamas?
¿Es por cesárea el parto de los montes?
¿Por qué la cabecera de las camas
es mejor orientarlas hacia el norte?
La famosa botella con mensaje
¿está hecha de vidrio retornable?
¿Por qué te pierden siempre el equipaje
y acabas pareciendo tú el culpable?
¿Es ciclista la vuelta de la esquina?
¿Por qué dura dos meses la semana?
¿Por qué no viene el frasco de la orina
con un embudo y una palangana?
¿Por qué cuanto más sé, menos entiendo?
¿Por qué se pasa el tiempo conspirando?
¿Cuánto puedes ganar al mes, mintiendo?
¿Cuánto puedes mentir al mes, ganando?
¿Dónde va la razón cuando se pierde?
¿Por qué nadie dirige un desconcierto?
¿Por qué de camuflaje se usa el verde
si más de medio mundo es mar desierto?
¿Por qué cambiar la hora cada año
y no cambiar el año cada hora?
¿Por qué nunca hay papel en ningún baño?
¿Por qué tenemos mangas y no esloras?
¿Cuánto cuesta, de media, lo impagable?
¿Dónde está la salida de la entrada?
Más allá de lo que es imaginable
¿se podría decir que nunca, nada?
¿Por qué nos preguntamos tantas cosas?
¿Tiene vuelta el sentido del honor?
¿Por qué no deshojar también las rosas?
¿Por qué decir que sí nos da rubor?
Etiqueta: REVERSOS
A POLVOS
Este andar entre blindo y condecoro,
entre tiempo de invierno y primavera,
de no saber que hacer en la escalera,
de no encontrar al cafre del tesoro.
Este absurdo y cansino sube y baja
de unos tipos sin gracia ni interés,
este llevar los guantes del revés
y no saber cortar con la baraja.
Este tener que andar con disimulo
con el tanga calado hasta los huesos
sin poder sonreír de medio culo…
O nos deja al final del todo tiesos
o nos ponemos pronto igual de chulos
o matamos a polvos los excesos.
FEBRERO (Rocher)
A veces cuesta ver la luz del día
por más que el sol se ponga de puntillas.
Tal vez porque vivamos de rodillas
o porque se nos nubla la alegría
viendo el Retablo de las pesadillas.
No es fácil encontrar las ilusiones
en medio de ésta niebla impenetrable,
fabricada con agua no potable,
que no nos deja ver otras opciones,
que, ni levanta, ni es impermeable.
Cuando las cosas son lo que parecen
cuesta más defenderse con lo puesto.
Nos faltan mimbres para tanto cesto,
sobra desgana para lo que cuecen,
faltan semillas para tanto tiesto.
Cargados de razones para darnos
una tregua sin nada que soñar,
el tiempo se ha parado a consultar
si puede de algún modo consolarnos
o si será mejor verlo pasar.
Y con todo y con esto, no podemos
echarnos a dormir del otro lado.
No debemos anclarnos al pasado,
ni al presente que todos conocemos,
ni escoger el futuro equivocado.
Mientras todo se aclara, reintentemos:
Un viento nuevo para cada vela,
un hola para cada despedida,
una costura para cada tela,
una tirita para cada herida.
una anestesia para cada muela,
Un oleaje para cada roca,
una tormenta para cada fuego,
un alimento para cada boca,
una respuesta para cada ruego,
una colleja para quien se enroca.
Una sonrisa para cada duelo,
una palabra para cada gesto,
una caricia para cada anhelo,
una esperanza para cada resto
que vamos encontrando por el suelo.
Descubramos el alma de las cosas.
Repintemos el punto de partida.
Separemos el verso de la prosa.
Señalemos la puerta de salida
a los que nos han puesto las esposas.