Sin Navidad en el frente.
Se acabó lo que «sedaba».
Está enero incandescente
así que: Felices Ascuas.
Los Magos ya están de vuelta
siguiendo a Papá Noél.
Ya han desmontado la fiesta
en el portal de Belén.
Ya carbura el nuevo año.
Todo vuelve a la ruina.
Los que no aguantan, al baño,
los demás a la oficina.
Vuelve el niño a su mochila
y el conductor al atasco,
el temor a las pupilas,
vuelve a su precio el churrasco.
Como Pedro por tu casa
vuelve la cuesta de enero
y Paco con las Rebajas
y las lenguas con su pero.
El michelín a la faja,
el atracón al refajo,
los cajeros a hacer caja
y la hipoteca al carajo.
Vuelve al calor del Invierno
la nostalgia de las playas.
La luna llena a su eterno
sueño de noches canallas.
Vuelve la gente al gimnasio,
a las escuelas de idiomas,
a hacer cola en los despachos
rogando puntos y comas.
Vuelven las ganas (que duran
lo que tardan en quitarse)
de hacer alguna locura
o de desintoxicarse.
Quizá dejar de fumar.
Quizá dejar de beber.
Quizá dejar de llorar.
Quizá dejar de joder.
El año nuevo comienza
entre capullos de malvas.
Armémonos de paciencia
que lo han parido de nalgas.