El día que vas y vienes
con la prisa en los talones,
que parece que no tienes 
tiempo ni por alusiones.
 
Ese día que naufragas
en cualquier gota de lluvia,
o que te pillan en bragas
y de repente diluvia.
 
En que todo te lo piden
para ayer por la mañana,
y te exigen y no miden,
y tu lloras y no maman.
 
Ese día que se atasca 
la calle de la amargura.
Que te pica y, si te rascas,
la piel te pasa factura.
 
En que el bien va malherido
y el mal quiere que te mojes,
y el pollo come cocido
y el más tonto hace relojes.
 
Un día que por defecto
presenta este panorama,
ese es un día perfecto.
Ese es un día perfecto
para quedarse en la cama.

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